lunes, 21 de febrero de 2011

Últimamente me da por cantautores (igual que la entrada anterior)

No está nada mal que te enseñen a temer por si el coco viene una vez
las garras a ofrecer, la sonrisa a proteger y la lágrima contener
El calor aprieta, el amigo se va y seguimos sin cambiar
respetar el miedo conduce a más, por su aro hay que pasar
y te tienes que callar... (Javier Alvarez)

La sonrisa ancha, la lluvia en el pelo,
no importaba nada (Victor Jara)

¿No habrá ya quien responda a la voz del poeta,
Quien mire al corazón sin muros del poeta?
Tantas cosas han muerto, que no hay más que el poeta
Cantad alto, oireis que oyen otros oidos
Mirad alto, vereis que miran otros ojos
Latid alto, sabreis que palpita otra sangre
No es más hondo el poeta en su oscuro subsuelo encerrado
Su canto asciende a más profundo,
Cuando abierto en el aire ya es de todos los hombre (Aguaviva)

La vida no vale nada
si no es para perecer
porque otros puedan tener
lo que uno disfruta y ama.
La vida no vale nada
si yo me quedo sentado
después que he visto y soñado
que en todas partes me llaman (Pablo Milanés)

si se miran bien
les corren mil hormigas por los pies
ella le regala alguna flor
y él le dibuja en un papel
algo parecido a un corazón.
Sólo pienso en ti (Victor Manuel)

y apareciste tú
yo me levanté de la silla
y hacia ti me encaminé
puedo darte un beso niña
y después me avergonzé de mí
ya no pude resistirme
y te pregunté otra vez
puedo darte un beso niña
aunque sea en la mejilla (Albert Plá)

Es un asunto muy delicado
el de la pena capital,
porque además del condenado,
juega el gusto de cada cual.
Empalamiento, lapidamiento,
inmersión, crucifixión,
desuello, descuartizamiento,
todas son dignas de admiración.
Pero dejadme, ay, que yo prefiera
la hoguera, la hoguera, la hoguera (Javier Krahe)

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