jueves, 29 de noviembre de 2012

Calor o frío

    En medio de la oscuridad del invierno, cuando la noche se echa encima y el frío comienza a afectarte, piensas y piensas ¿en qué? En nada, solo frío y un paseo con un cigarro para calentarte... Paseas, más bien deambulas, buscando algo que no sabes qué es, y ni siquiera sabes si está ya en tu cabeza, pero tú andas y andas sin idea de donde. Te acercas al fin del mundo, te asomas, escupes como haría cualquiera, y te das media vuelta; bajas a los sótanos del infierno, visitas a lucifer a ver si te da algo de calor y de paso te echa una mano, y te encuentras con todo apagado y con que ahora vive en una mansión del Vaticano; subes a la azotea de los cielos en busca de ese Dios al que todos llaman y te encuentras con su nota de suicidio. Hasta que llegas a tu piso, te sientas, y simplemente relatas como un día más pasa pensando sin pensar en nada...
    Y el tiempo pasa y pasa, y parece que pasa mal, que se van los segundos que retendrías y te inundan los que quieres desechar. Y sigues, sin pensar, sin pensar, sin pensar, hasta que PUM! Escribes cuatro tonterías que casi nadie leerá y nadie entenderá jamás, pero eso basta y es suficiente para este invierno, este frío, este infierno y este piso...

Por

Por escribir de nuevo como antes daría todo
Y ese todo se quedaría en poco
Por fumarme un cigarro a gusto
En silencio e imaginándome solo
Cambiaría los canutos
Por volar sin caerme roto
Me perdería del mundo
Por tantas cosas haría tantas otras
Que acabaría mudo
Tendido en la lona
Pues no tengo tiempo para una calada
Ni tengo tiempo para nada de nada

De

De volar sin alas:
Rodillas destrozadas
De tanto soñar:
No poder despertar
De estirarse a tocar la luna:
Solo caídas y caídas
De desechar dudas:
Risas y mucha prisa

lunes, 26 de noviembre de 2012

El caos como forma de vida

    Te puedes preguntar mil veces: Y si...? O puedes hacerlo y comprobar, pero siempre se queda atrás una o más opciones y por eso la mejor opción para mí es no elegir y así pasar los días. Como en la teoría del caos que un pequeño detalle puede determinar gigantescos cambios, yo elijo no elegir, yo elijo soñar y escribir, fantasear y no pedir nada, y observar como la evolución azarosa de la vida me deposita en un lugar u otro... Hasta entonces buscaré a ver si encuentro una norma que regule cada movimiento del azar, pues hasta dentro del propio caos hay un orden, y si no lo hay, pues nada, p'alante, que ya llevo tanto tiempo jugando a esto que si no descubro la norma, por lo menos tendré intuición...