Ciudad maldita

En los caminos nocturnos que incitan a ingerir otra cerveza siempre uno va mirando el cielo y las estrellas, hablando con ellas, tan pequeñas, tan radiantes y con tanta pena... Todas en el cielo, pero todas solas, todas lejos unas de otras, solo les queda mirar hacia aquí, vernos murmurar algo y vernos soñar mirando donde están ellas, donde están solo de noche... Noches intensamente oscuras, de cielo y alma juntos en purga, cerveza en mano, canuto liando y los colegas al lado caminando... Y la noche sigue, y nos observa y nosotros agradecemos que nos mire y nos explayamos como sabemos y como quiere cada estrella, que bajo el mando de la luna eligen en quien fijarse y así cada uno con su estrella y así cada estrella ya no está sola... Pero solo aquí, en una ciudad oscura, otras ciudades no pueden verlas, otras ciudades no quieren verlas, otras noches de otros lugares no quieren observarlas, pero aquí, son las estrellas las que te llaman y te llevan al bar de paseo...