Mi mente enciende las luces de alerta, pasa las noches de aquí para allá, pero por más que quiere nunca encuentra algo certero para comunicar. Una vez más estoy sintiendo todo vacío, todo oscuridad [...] A veces pienso que no me apetece, pero no es cierto, sé que puedo gritar y preguntarle al mundo por qué amanece y todo sigue más o menos igual. No soy capaz de ir escribiendo sin borrar todo y volver a empezar, no puedo estar siempre fingiendo que no se agota la facilidad, busco pelea contra la apatía que va tornando en desesperación y que me empuja a pensar en tonterías para alejarme de este infierno cabrón [...] Pido que nunca me abandone la tinta que sangra mi corazón...
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