Enveneno mi cuerpo, enveneno mi tiempo, para llevarlo al punto que
quiero. Paso tranquilo y sin disimular, sin engañar, me miran raro y
poco más, y sigo a mi ritmo lento, escribiendo y soñando, pero siempre
envenenado, para omitir esas molestias, esos daños, para evitar pensar de más, es hora de adoptar el nihilismo en esta realidad, pues rehuso una vida así, rechazo conocer nada sin ti...
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