Un sábado más, una día más con su noche para poder desaparecer entre diferentes tipos de narcóticos. Envuelto en mi nube de amigos, amistades peligrosas y alcohol, me hago un hueco en mi vida donde no tengo que pensar y puedo disfrutar de los pequeños placeres, donde parece que todo se esfuma, aunque siga ahí... Y entre tanto alcoholismo en la noche, veo pequeñas estrellitas al lado de grandes sonrisas, que me iluminan el alma y me hacen reconfortarme por dentro, pero pronto vuelvo a seguir olvidando el mundo que me rodea, para poder combatirlo más objetivamente cuando esté ahí fuera... Al día siguiente poco importa a parte de las risas con los colegas, pero algo siempre se recuerda con claridad: esos pequeños momentos de la noche en la que veo sonrisas radiantes como estrellas...
Y de vuelta al mundo real estoy, donde toca luchar, como cada día, luchar con uno mismo, con los demás, con la vida... Luchar por despertar esa dormida revolución, tanto la dormida de uno mismo como la revolución del mundo entero... Y esque apuntando alto tal vez no llegues tan lejos como quieres, pero desde luego no te quedarás corto...
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