Con la mirada perdida pero siempre sonriente, pase lo que pase, sienta lo que sienta, solo sonreír y asentir... Con la cabeza en otra parte mucho más lejana de lo que se tiene delante, simplemente presente pero ausente, distante.
Pero aquí todos seguimos, uno a uno, nuestro camino, pensando, delirando, soñando, cantando, gritando, peleando, soñando más, delirando más aún... Y con cada acción dejas una huella en el pasado, te sitúas en otro presente y te abre nuevos futuros. Lo difícil está en hacer coincidir que la huella, la situación y lo nuevo, sea bueno todo a la vez... Ni dejar feas huellas para buscar un bonito presente, ni buscar bonitos futuros muriendo en el pasado, ni olvidar el presente para mirar atrás, ni dejar el futuro perderse para vivir del pasado, ni dejar preciosas huellas para hundirse en lo venidero... Y así una interminable lista de incoherencias que podría escribir solo para demostrar lo complicado de este aspecto de la vida, pero todo es más sencillo si avanzas guiándote por razón y sentimientos, ambos en cantidades iguales... Y ahí están todos los errores, gente que se pierde en la razón y deja de lado cosas que le harían felices; o que se deja llevar tanto por los sentimientos que no se da cuenta de sus actos. Y estás dos situaciones en distintas medidas, con mayor o menor diferencia, nunca se equilibran completamente...
Yo reniego y renegaré de muchas razones aunque las entienda... Y tú, que eres alguien conocido y me está leyendo, o eres un desconocido más, ¿de que bando estás?
No hay nadie igual en este mundo, y si lo hubiera, pobres de ellos, condenados a estar repetidos...
Ahora a vivir mi querido presente aunque se presente cualquier accidente, y pensar lo justo en el futuro inmaduro y mirando lo justo para el pasado añejo y gastado
De momento me voy con mi diferencia a mi cama a dormir y a soñar, y a imaginar que las razones no existen, porque así la gente como yo disfrutaría más...
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