Decidí plantar en mí una flor para entregártela, y poco a poco la flor creció con dolor, directamente seca y sin olor, y no podía cortarla, la mantenía como podía para que no muriese. Y un día, sin más, preferiste arrancarla y plantar una nueva, que ha germinado, que nace con fuerza y con el olor que tienen todos los sueños que se cumplen... Y ahora, juntos, cuidamos esa flor, regándola con cariño y palabras bonitas...
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